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Mujeres Indígenas Reinterpretan la Violencia de Género Desde sus Realidades
18 de septiembre de 2024
Hace treinta años, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará) marcó un hito histórico al reconocer la violencia de género como una violación a los derechos humanos. Sin embargo, tres décadas después, las mujeres indígenas han evidenciado que este marco conceptual no contempla plenamente sus realidades y han trabajado en la adaptación de estos principios a sus contextos específicos.
Durante el Congreso Internacional Discriminación y Violencia de Género: 30 años de la Convención Belém do Pará, la Dra. Laura Saavedra Hernández, investigadora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías de México, destacó la manera en que las mujeres indígenas han resignificado la violencia de género, incorporando sus propias epistemologías y sistemas de justicia comunitaria.
Adaptando la Lucha a su Propia Realidad
A pesar de que la Convención original no incluía disposiciones específicas sobre las mujeres campesinas, indígenas y rurales, estas han utilizado su definición de violencia de género para visibilizar sus derechos y exigir acceso a la justicia. Las formas de violencia que experimentan están vinculadas no solo a la desigualdad de género, sino también a factores estructurales como el colonialismo y el capitalismo.
“Las mujeres indígenas han tomado el concepto transnacional de violencia de género y lo han adaptado a sus realidades, nombrando sus propias experiencias de opresión desde sus sistemas de conocimiento y cosmovisiones”, señaló la Dra. Saavedra.
Violencia y Justicia en un Contexto Colectivo
Uno de los mayores aportes de las mujeres indígenas ha sido el cuestionamiento del individualismo en los derechos humanos, al subrayar la interconexión entre los derechos individuales y colectivos. Según sus perspectivas, la violencia que enfrentan no se limita a experiencias individuales, sino que responde a estructuras que afectan a sus comunidades en su conjunto.
El extractivismo, por ejemplo, ha sido señalado como una forma de violencia estructural que impacta directamente a las mujeres, afectando su acceso al agua, la alimentación y la organización comunitaria. Asimismo, han criticado las definiciones hegemónicas de violencia familiar y la estructura estatal que no reconoce las prácticas migratorias ancestrales de algunos pueblos originarios.
Obstáculos y Demandas Pendientes
A pesar de su organización en plataformas internacionales como el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, siguen enfrentando barreras significativas para el reconocimiento de sus derechos. Entre los principales obstáculos destacan la falta de un enfoque intercultural en las políticas estatales, la ausencia de traductores en los procesos judiciales y la impunidad en casos de violencia.
Para las mujeres indígenas, la justicia comunitaria juega un rol crucial en la resolución de conflictos, ya que permite soluciones colectivas y reparaciones más integrales. Sin embargo, existe un desinterés por parte de los Estados en reconocer el pluralismo jurídico y fortalecer estos sistemas de justicia alternativos.
Construyendo un Futuro con Diálogo Intercultural
Las mujeres indígenas han demostrado que es fundamental ampliar el debate sobre violencia de género e incluir sus voces y perspectivas en la creación de políticas públicas. La generación de espacios de diálogo intercultural permite visibilizar la diversidad de saberes y construir estrategias más inclusivas para la eliminación de la violencia.
“Las mujeres indígenas han desafiado tanto el patriarcado como el colonialismo al exigir una justicia que refleje sus propias experiencias y formas de vida”, concluyó la Dra. Saavedra.
La lucha por la equidad de género en las comunidades indígenas es un proceso en constante evolución, y su reconocimiento dentro de los marcos legales nacionales e internacionales es un paso esencial para garantizar el acceso a una justicia efectiva y pertinente.